Reseña de “Casas rivales”, de Rafael Mammos; por Agustín Calvo Galán

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Información extraída de: http://www.revistadeletras.net/casas-rivales-de-rafael-mammos/


Casas rivales
. Rafael Mammos
La Garúa Libros (Sta. Coloma de Gramenet, 2013)

La casa como materia de creación poética tiene todos los componentes para ser un material de primera calidad: es maleable, polisémico, interpretable, simbólico, etc. Una casa tiene una parte tangible, hecha de paredes, muros, columnas y objetos, y otra intangible, hecha de vivencias y sentimientos, es decir de huecos. Y lo más interesante es que si unimos la parte tangible con la intangible, los muros y los huecos, en cada una de nuestras casas, conseguiremos -más allá de una identificación personal o de pertenencia-, una definición de cada uno de nosotros mismos.

Rafael Mammos, poeta mallorquín establecido en Barcelona, en Casas rivales se define desde el primer poema, y se define en la encrucijada y tomando un camino solitario:

Nadie más tomó el camino

difícil.

He aquí una estupenda definición del quehacer poético; frente al polvo que levanta el paso de la manada, está el caminar solitario por la senda única y difícil de la creación poética.

Casas rivales es un libro sobre el que el poeta construye y derrumba algunas de sus razones existenciales. Tras esa encrucijada, tras la elección inicial por el arte poético como forma de expresión, como esfuerzo de ser en la creación, el autor se adentra en un camino lleno de paradojas y contradicciones, expresadas en imágenes de gran carga simbólica. Así, por ejemplo, resulta curioso cómo usa la imagen del pozo en el primer poema:

En el aire las alondras giraban

haciendo pozos.

O en el poema titulado, precisamente, “Pozo”:

En el pozo donde izabas

los principios de tu sed

(…)

Son, por tanto, pozos que se miran hacia arriba y que amplían su significado, creando unas impresiones tan plásticas como sorprendentes, al juntar palabras de campos semánticos diferentes. En este mismo sentido de construcción poética sobre contrarios, contrarios podríamos decir no contradictorios, tenemos el poema de la primera parte, titulado “No saben”:

Las casas que justo ahora se levantan,

multiplicando las paredes en el mundo;

las persianas que alguien está bajando,

(…)

no saben que nos están separando,

con lentitud separándonos

hasta el extremo de la prima vez

que nos encontramos.

Por un lado, las casas se levantan, mientras las persianas se están bajando, presentándonos consecutivamente acciones contrarias; y, por otro lado, podemos advertir la presencia unida de dos conceptos que parecen contrarios y que van a ir repitiéndose durante el libro: separación y encuentro. En la línea de las separaciones arquitectónicas, las paredes o los muros con los que se delimitan las casas contienen a su vez el hueco por el que se comunica el interior con el exterior, las ventanas. Así podemos entender que todo lo que nos separa contiene a su vez también lo que nos comunica, lo que nos une; y que lo uno sin lo otro no puede existir.

Rafael Mammos (foto: La Garúa)

Rafael Mammos (foto: La Garúa)

Pero Casas rivales no se conforma únicamente con la edificación de una casa, por el libro se van cruzado otros aspectos que lo hacen único, como es la presencia de elementos de la antigüedad clásica: por sus poemas transitan VirgilioHoracio y OvidioBruto y estatuas como la Victoria de Samotracia, en un diálogo vital entre el autor y los clásicos.

Y, volviendo a la idea de casa, podríamos decir que es nuestra salvación ante la intemperie del mundo, nos cobija pero nos aísla y separa. EnCasas rivales, el poeta aparece con su yo poético, pero también con un diálogo entre un tú y un yo, que conforman un nosotros construido frente al mundo, y también construido sobre la inestabilidad o la fragilidad de su convivencia y de la relaciones humanas en general; fragilidad expresada magníficamente en las contradicciones o paradojas con las que el autor va construyendo su imaginario.

Por último, Casas rivales refuerza su simbolismo con una gran contención expresiva. El autor es capaz de tallar el poema hasta dejarlo exento de elementos innecesarios, con un estilo limpio, cuidadoso, que escode un trabajo no tanto de orfebre como de aparejador, pues la colocación de los diferentes elementos que componen los poemas parecen haber sido fruto de una descolocación previa de todo lo conocido para, a continuación, ser recolocado y plasmado como al poeta le resulta mejor para definirse y realizar su propia creación tanto a nivel estilístico como temático. Rafael Mammos consigue en este libro hablarnos de cuestiones que todos conocemos, pero no sólo a su manera, sino, y esto es una de las cosas que me parecen más relevantes del libro, de una forma no evidente.

Agustín Calvo Galán
http://proyectodesvelos.blogspot.com

 

Si te gusta la obra de Agustín Calvo Galán, te recomendamos leas su libro ‘Escozor nuestro de cada día’ de la Editorial Ultramarina (España). ¡Todos los libros son hechos uno por uno: son únicos!

 

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Saludos del Equipo PLACA

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